viernes, 28 de noviembre de 2014

INQUIETA PALOMA HABITADA


“Poeta de mis adentros, ¿que haces, a quien besas o para quien son tus piropos y versos?”. Casandra.

Vivo como un tierno parásito en tus adentros, en tus turgencias invertidas, en las raíces de tu pilosidad púbica, como un líquido sexual fluyendo sumergido en la sangre caliente que recorre tus arterias irrigando de deseos tu cuerpo ansioso, brotando por tus poros como el sudor que exhala tus aromas o en tu vulva anhelante como los sabores de tus lujurias. Soy tu niño bebé dormido en tu vientre inundado de ti, esperando tu voluntad de hembra deseada para ir a beber tus ternuras en los pezones inhiestos de tus pechos grandes y tibios. Permanezco genital quieto incubado entre tus adentros por la savia virginal de tu saliva, respirándote, mordiendo tus carnes voluptuosas, incitando tus vísceras con lascivos suspiros quejidos susurros. Palpito estremecido con tus latidos retumbando en las húmedas cavidades de tus carnales soledades, mecido por el insinuante movimiento de tus caderas cuando caminas desnuda arrastrada por tumultuosos antojos de penetraciones y orgasmos. Desde tus adentros socavo y desarmo tus ardores, sensual, apasionado, libertino, te punzo insertado en tu útero, huelo las fragancias inquietantes de tus axilas y de tus ingles, cristalizo erecto en las bilis más íntimas de tus insomnios y de tus horas en celo. Te poseo macho desde tus mismas entrañas, te penetro inverso haciendo crujir tus médulas, me derramo desde el adentro de tu palpitante vagina anegándola de mi semen, inseminándote como en un lúbrico sueño de secretas idolatrías. Y seguiré ahí en ti habitándote más allá de estas regiones efímeras del desasosiego, seguiré incrustado en tus adentros hasta que los vientos del tiempo se lleven las últimas cenizas de tus huesos.


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