Pour l'amie du haut château et des bateaux imaginaires, la Comtesse
désirée.
Recostarme a tu lado desnudo, tú
con tu deshabillé rojo o negro, cortísimo y sensual, incitando al pervertido
rito del onanismo vehemente, besarte a boca abierta lenguas trabadas, tú a ojos
cerrados sintiendo mi mano que baja por tu cadera tu vientre cruza tu pubis y
se bifurca para seguir por tus muslos tibios suaves mórbidos hasta donde me
alcancé el brazo y devolverme subiendo para que el monte de Venus de la palma
de mi mano presione restriegue en lentos círculos tu monte de Venus sin dejar
de besarte los labios mordidos ensalivados, para después volcarme en la
pulposidad húmeda de tu vulva surcando con mi lengua rígida el surco caliente y
mojado, la verticalidad de los cuatro pétalos de tu flor abierta destilando, lamer
hasta hartarme, chupetear succionar punzar presionar la moluscular consistencia
tierna erecta de tu clítoris en su breve mullidez carnal, su capuchón su botón el
capullo entero, mi boca labios lengua nariz barbilla cada uno de mis dedos todo
inserto chapoteando en la lúbrica densidad anegada de los íntimos jugos
calientes de tu sexo, y volver al inicio para continuar luego así besándote
enlenguándote ensalivándote mordiéndote tus labios embesados con mi dedo
atrapado en tu cúspide clitoriana atrapada en mi masturbatoria voracidad de
fauno maldito, con tu mano empuñando mi verga endurecida deslizando en un ritmo
ancestral el prepucio con la voracidad masturbatoria de tus instintos de mantis
maldita para socavarte la ciega lujuria que te niegas hasta derrumbarte en un
orgasmo florecido de susurrados quejidos y grititos salvajes y dejarte exhausta
laxa lánguida mientras entramos abrazados en la placidez de la noche, solo eso,
nada más nada menos, amiga, solo eso.
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