domingo, 1 de junio de 2014

ALGIDO RETORNO


En envahissant le sommeil de Madame

Vuelvo a imaginarte-soñarte dormida ahí en tu lecho. Me veo a tu lado mirando como duermes, acaricio con mi ojos viajeros toda la piel que me dejan ver la sabanas, recorro con mis manos vagabundas la estatua de vestal soñando toda la sinuosidad que se adivina bajo el color del cobertor que no conozco, a lo largo y a lo ancho, para contener en mis manos tus pechos y explorar tu vientre palpando hasta encontrar el origen de mi delirio, presiento sin tocarte la tibieza carnal que me debes y te beso antes que despiertes y me quedo quietecito mientras me voy desapareciendo con la luz del sol que ya atraviesa el cortinaje despertándome de mi-tu sueño. Como una rara enfermedad vuelves a mi sueño, Vuelvo a sentir tu mirada y el fluctuar de la sábanas mientras me besas, puedo sentir en sabor de tus labios, de tu lengua que anoche y hoy vibra desesperada y mantengo las piernas levemente abiertas a la espera, siempre la espera... Sentirás el vaho vertiginoso de mi aliento ardiente recorriendo tu sexo con perversa alevosía, sentirás la puntita de mi rígida lengua punzando tu clítoris, lamiéndolo con delicada maldad, intentando envolverlo en su caliente densidad de caracol en celo, sentirás mi nariz hurgando, abriendo, oliendo esa tu roja flor de ceibo de tu nombre, sentirás mi lengua entera escurriendo lenta y parsimoniosa por el sensible surco florecido entre los labios de tu vulva, sentirás mi lengua penetrando en busca del orgasmo hasta encontrarlo en la humedad vertiginosa de tu vagina desesperada, sentirás un estremecimiento, un acabo de mundo, un cielo que se abre y se derrumba sobre ti, sentirás un relámpago, un destello, una pequeña muerte dentro de ti, cerrarás los ojos mientras voy subiendo por de tu cuerpo dejando un reguero de fuego por tu vientre, tu ombligo, entre tus senos, para ir a besarte hasta el dolor, y sentirás los besos con tu mismo sabor, y ya no seguirás esperando porque te habrás dormido entre mis brazos. Te siento en esa penetración con tu lengua en busca del logrado orgasmo por que no resistiré un instante más, recibo esa pequeña muerte soñada, poseída cerraré los ojos y dejaré que escurra ese reguero de fuego en mi ombligo y entre mis seno y abriré la boca para sentir el sabor de la última gota y aferrarme a tu miembro con los labios para percibir como se desvanece, entonces sí me besarás hasta el dolor-amor para dormir en tus brazos. Nos vale.

Nota.- En cursivas el eco de su voz.

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