miércoles, 18 de junio de 2014

ESPEJOS


“Devoraré los espejos
que se posarán en tu humedecido vientre
mientras tu flamígera lengua desvirgará
las burbujas de mi sexo enardecido...”
Al otro lado del mar. Rafael Fernando Ospina

Viviré en los azogues emasculados que te espían en tu desnudez soberana, íntima y perpetua, seré habitante perplejo del vidrio que te mira y refleja tus pechos amplios, las pequeñas protuberancias edípicas de tus pezones, la breve concavidad del cuenco de tu ombligo, tus muslos pálidos, tu pubis hirsuto, la convexidad exuberante de tus glúteos, la rosada violácea traza vertical de tu vulva escondida. Agotaré los espejos que se enviciarán en tu húmedo pubis mientras tu ansiosa lengua desflorará las continencias de mi falo erguido. Vagaré extraviado en los cristales empavonados por los calientes vahos de tu cuerpo, escrutando los destellos de ti, los fulgores de ti, tu silueta y tu sombra, para atraparte cuando te miras de reojo a ti misma, desnuda, en tu pudoroso exhibicionismo. Suplantaré los espejos que se regocijarán en tu voluptuoso vientre mientras tu ensalivada lengua humedecerá las venas de mi miembro agarrotado. Buscaré tus impúdicas imágenes en las pulidas superficies de la obsidiana y del bronce, en las vítreas lisuras de las sílices fundidas, donde la luz de tu piel se refleja como una densa miel cegadora. Usurparé los espejos que se solazarán en tu luctuoso vientre mientras tu voraz lengua desatará las vertientes de mi príapo endurecido. Te estaré espiando en las vidrieras que te reflejan caminando ensimismada por las calles, en los espejos que te observan silenciosos en los salones y en las peluquerías, en el de tu baño y en el de tu dormitorio, y también dentro de la copa de vino donde se asoman tus labios. Habitaré los espejos que se derramarán en tu mórbido vientre mientras tu húmeda lengua morderá el prepucio de mi verga erecta. Te veré especular repetida inversa como la suprema y generosa divinidad de todas las lunas enmarcadas en sus doradas molduras, en la del gran espejo donde te miras desnuda y voluptuosa cuando secas tu cuerpo, en la del espejo donde te contemplas cuando te maquillas, en la del pequeño espejo en que miras tu boca cuando pintas tus labios. Destruiré los espejos que se masturbarán en tu acesante vientre mientras tu lamedora lengua desvestirá el glande de mi pene encendido.


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