martes, 24 de junio de 2014

EL ADIOS INSENSATO

Estoy perdiendo para siempre la esclava y la doncella, ya no seré su Amo y Señor, cabalgará liberada la potranca por esas gramas nostálgicas sin mis deseos persiguiéndola con el falo erguido y la boca sedienta. Ya no poseeré su cuerpo ampuloso con sus pliegues voluptuosos, su pompis amplio y libidinoso, sus mullidas palomas y sus tetes protuberantes, su pelo largo negro azabache y sus uñas siempre decoradas como raras joyas digitales. No serán míos sus vellos púbicos, las imágenes, fijas o en movimiento de su hermosa tetamenta, su tetas y sus pezones, su mata oscura de vellos, sus glúteos imponentes, sus caderas de cumbiamba, sus muslos exuberantes y su vulva abierta expuesta a mis ojos penetrantes. Perderé las fantasías incestuosas y sodomíticas, los dedos penetrando la flor del sur y la masturbación por las voces en un bosque o por el cibersexo en las impúdicas sesiones de webcam, ese exhibicionismo desatado y ese voyerismo masturbante que nos unía en una majestuosa y única complicidad de amantes eternos. No habrán, nunca más, los juegos de roles incestuosos o transexuales, de hembra de prostíbulo o de locas sodomías, a veces pervertidos o depravados, otras lúdicos o fantasiosos, siempre necesarios para entrar en los oscuros laberintos del otro y compartir en esos otros territorios inexplorados. El ídolo fálico se hundirá aun inhiesto en la fría oscuridad sin la adoradora vestal de su templo. También se me va la poesía y el Amar, las dulces ternuras y la intensa cercanía, la distancia insoportable y los largos silencios, la amistad que soportaba los errores y los pecados, su presencia en tantas cosas, lugares o circunstancias que ahora quedaran desiertas de su nombre de maravillosa culiatrix, incesante dominatrix y sublime imperatrix de todos mis demonios.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre hay un adios pero nunca se pierde lo vivido. Quedan hermosos recuerdos y ese estio literario que usted domina a la perfeccion. Gracias