Estoy perdiendo para siempre la esclava y la doncella,
ya no seré su Amo y Señor, cabalgará liberada la potranca por esas gramas
nostálgicas sin mis deseos persiguiéndola con el falo erguido y la boca
sedienta. Ya no poseeré su cuerpo ampuloso con sus pliegues voluptuosos, su
pompis amplio y libidinoso, sus mullidas palomas y sus tetes protuberantes, su
pelo largo negro azabache y sus uñas siempre decoradas como raras joyas
digitales. No serán míos sus vellos púbicos, las imágenes, fijas o en
movimiento de su hermosa tetamenta, su tetas y sus pezones, su mata oscura de
vellos, sus glúteos imponentes, sus caderas de cumbiamba, sus muslos
exuberantes y su vulva abierta expuesta a mis ojos penetrantes. Perderé las
fantasías incestuosas y sodomíticas, los dedos penetrando la flor del sur y la
masturbación por las voces en un bosque o por el cibersexo en las impúdicas
sesiones de webcam, ese exhibicionismo desatado y ese voyerismo masturbante que
nos unía en una majestuosa y única complicidad de amantes eternos. No habrán,
nunca más, los juegos de roles incestuosos o transexuales, de hembra de prostíbulo
o de locas sodomías, a veces pervertidos o depravados, otras lúdicos o
fantasiosos, siempre necesarios para entrar en los oscuros laberintos del otro
y compartir en esos otros territorios inexplorados. El ídolo fálico se hundirá
aun inhiesto en la fría oscuridad sin la adoradora vestal de su templo. También
se me va la poesía y el Amar, las dulces ternuras y la intensa cercanía, la
distancia insoportable y los largos silencios, la amistad que soportaba los
errores y los pecados, su presencia en tantas cosas, lugares o circunstancias
que ahora quedaran desiertas de su nombre de maravillosa culiatrix, incesante
dominatrix y sublime imperatrix de todos mis demonios.
martes, 24 de junio de 2014
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1 comentario:
Siempre hay un adios pero nunca se pierde lo vivido. Quedan hermosos recuerdos y ese estio literario que usted domina a la perfeccion. Gracias
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