Solo en la implicancia de mis denodados
deseos por explorar tu piel en su más pura desnudez, por ir poro a poro
detectando su lisura inclemente con las yemas devorantes de mis dedos
escurriendo, se instauran las ardientes vehemencias por la posesión de tu
cuerpo en las estribaciones del nocturno excitado. Surgen estremecidas perturbaciones
por la accesible suavidad de tus hombros y tus brazos, origen esencial de tus
ternuras, suma de cariños y orilla de ti hacia tus generosos senos matriarcales.
Arden penetrantes anhelos en la hoguera iniciada en la tersura manifiesta del
interior de tus muslos, región de enviciadas solemnidades, cálidos mármoles que
convergen en el atrio del templo donde me prosterno en lánguidas oraciones para
ungir mis labios y mi lengua de tus vúlvicos rocíos. Florecen los solitarios
apetitos manuales por sensibles erecciones e imagino que manipulas mi verga
erecta con tus artes de sutil masajeadora sobre la delicada piel de mi
prepucio, que lames la tersa convexidad de mi glande con la avaricia hambrienta
de una pomposa y perfumada cortesana. Devorado por las cautivantes incitaciones
de las curvas prominentes de tus nalgas, de la tumescente suavidad del entorno
blando y tibio de tus pezones, de la dulce blandura de los lóbulos de tus
orejas, abro las humedecidas y tiernas blanduras de tus pétalos vulvales para
ir acabando dedeando en tu clítoris con las magias volcánicas de mis empirismos
y masturbaciones volcado en ti por tus mullidas blandas mórbidas texturas de
hembra excitada, dueña en plenitud de
sus furiosos ardores vaginales. Eyaculo en la sedosidad turgente de tus pechos,
en los ceñidos y temerosos pliegues radiados de tu flor del sur obsequiosa y
sumisa a brutales sodomías, en la rugosidad de la hondura empapada de tu ávida vulva,
eyaculo buscando tus íntimas texturas.
martes, 17 de junio de 2014
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