El olor en la habitación es a
hembra, su olor. Se ha puesto el perfume más sensual que tiene para que él al
acercarse lo note de inmediato. Es toda una declaración de guerra. Como si el
sexo fuese una fruta que madura a su tiempo, se ha dado cuenta de que su vida
sexual ha ido endulzando como el buen vino, con mayores matices y gustos en el
paladar. Tumbada boca arriba siente como su cuerpo empieza a hervir con la
emoción de la situación, su respiración está agitada. Su boca está tan cerca. La
rodea por la espalda. Se pega a su cuerpo y con los brazos la envuelve en un
abrazo intenso, casi brutal. Mientras se entrega a su boca siente su aliento con
su lengua expectante. Desea lamer la suya y sentir sus deliciosos labios. Su
aliento le llena la boca y la deja jadeando con jadeos que parecen mucho más
gemidos de perra en celo. Comienza colocando su boca casi sobre la de ella,
pero sin tocarla, y ella abre bien la suya para intentar atraerla. Duda, pero
apoya sus labios sobre los de ella suavemente. Su aliento es fresco, y su olor
varonil la eleva en un éxtasis envolvente. El contacto ha sido mínimo, pero ha
provocado un chispazo que inicia un incendio en su interior. Aproxima su boca
de nuevo, esta vez ya se encuentra con la de ella recibiéndole. Esta vez su
lengua está expectante y se lanza hacia sus labios como bienvenida. La sorpresa
le da tiempo a sentir sus labios bien apoyados sobre los de ella. Como deja un
espacio libre, aprovecha para sacar su lengua un poquito y lamerle el labio
superior ligeramente, y luego sumergirse en un beso de labios calientes. Los
besos se alargan y son cada vez más húmedos. Le está gustando que ella le chupe
los labios, que su lengua profundice suavemente en su boca y toque sus dientes
y encías. Siente que han llegado al punto de no retorno. Siente que él alcanza
la cumbre del placer, siente sus estremecimientos cuando su verga se descarga bajo
sus pantalones. Ella se derrama también, su vagina goza en intensas
contracciones durante el orgasmo hasta dejarla exhausta. Se deja caer sobre él,
que la recoge en sus brazos y la deposita con ternura en el lecho donde se queda
quieta y extasiada intentando recuperar el aliento.
domingo, 27 de julio de 2014
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