Juegas con tus escotes voluptuosa coqueta
lúdica, atrapando las miradas con tu canalillo impúdico como si fueran curiosas
mariposas macho, y revolotean entre tus pechos los ojos de los deseos, elevando
miembros, erectando vergas, irguiendo falos, incitando a masturbatorios ritos
vouyeristas. Te observan con ansias sexuales, con hambres fetichistas, con
incestuosas fantasías juveniles, con la mano del pecado sobando apretando
masajeando el pene endurecido por la visión lujuriosa de tus hermosas tetas a
medio ver. Y todos se imaginan atrapados en la mórbida y mullida tersura de tus
senos, bendecidos bajo la cruz colgante cercana al borde miel de tu cabello,
cercados bajo las oblongas cuentas del collar allá arriba en tu cuello o entre
los negros breteles y el nudo rosa de tu soutien. Desde el negro sexy erótico
al rosado dulce romántico que nos ocultan tus pezones de gitana núbil jugando a
ser hembra en su incitante exhibicionismo de mora hereje, acumulas deseos de
besos, de caricias, de breves de mordiscos tiernos por las convexas lisuras de
tu gloriosa tetamenta. Y se me van en vuelos de mariposa macho los sueños de
restregar mi boca labios lengua por esos tibios y blandos cuencos, hurgar con
mi nariz curiosa en la hendidura de esa pálida piel, subir esas dunas hasta
hacer cumbre en cada delicioso botón con su carnal aureola, y allí mamar succionar
chupar hasta que me venza el sueño y me sueñe otra vez inserto en ese canalillo
incinerado por tu fuego flamenco. Juegas con tus provocadores escotes mientras
mi mano pecadora me urge inminentes eyaculaciones.
martes, 1 de julio de 2014
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