(Écfrasis en
movimiento)
La roja granada madura abierta jugosa
fulgurante late bajo el negro pantalón de la lúdica gitana que aferra con
alegre desparpajo el falo largo grueso erecto imponente extraído tallado por
artesanales manos de un lúbrico madero. Ella juega imaginando o se imagina
jugando aferrada a ese príapo desproporcionado de potro monumental de jumento
inverosímil de macho estatuario. Resalta la verga gigantesca en su cárneo color
de clara madera sobre la negra vestimenta de la lujuriosa vestal del rito
imaginario, que ríe juguetona envuelta en la locura de solo figurarse atrapada
en tamaña penetración, ríe y su risa se esparce en la alegría del inquietante juego
sexual. Lo eleva como un soberbio mástil viril, lo sopesa, lo disputa, lo
guitarrea, lo mece, lo acuna, lo soba, se desborda en imposibles sueños
eróticos, se ve insertada por ese consolador de matriarca babilónica, de
meretriz faraónica, de hembra de dilatada vulva cavernaria. Los que disfrutan
del pornográfico espectáculo circense de sus manos sobre esa enorme bestia
penetrante, dura y erguida, rígida, confrontan sus normales tamaños mortales y
se avergüenzan ante el prodigioso pene del dios macho de todos los machos. Ella
lo usa como un dildo bromeando en el trasero del amigo, lo mide desde el suelo
a su vulva, y confirma la altura perfecta, baila la rítmica danza del perfecto
miembro y el jolgorio de sus negras pulseras acompaña el ritmo fálico de su baile
fálico, pero el show llega a su fin y lo deposita cuidadosa, descomunal y vertical,
como debe ser, sobre la mesa.
1 comentario:
Quizás los humanos podemos decidir donde están nuestros límites físicos, pero no somos libres para controlar las limitaciones que impone la sociedad y sus medios. La interminable reproducción de imágenes en la actualidad conduce también a la explotación del erotismo, a una cultura de la seducción unida al juego de la prohibición sexual. El supuesto significado original se ha bloqueado. En la producción masiva el desnudo no sólo es género, degeneró en práctica entre exhibicionismo y auto-conocimiento. En el océano de "pornografía" actual, los actos sexuales pueden parecer lascivos, enfermizos o demoníacos para las reglas morales de los cautivos. El poeta aprovecha las circunstancias: la dispersión continua de imágenes en su memoria y su experiencia, la doble o triple moral circulante y la exacerbada sexualidad; todo para volcarlo en cuestiones literarias, expresamente neobarrocas. Los modelos para sus prosas son estéticas de actos sexuales descargados del recuerdo, los cuales elige con observación precisa de los cuerpos y sus acciones. La supuesta obscenidad y la perversión son sólo una excusa para convertir el cuerpo en nueva materia y forma. Su verdadera intención es atravesar las figuras, desollar con la fantasía la piel para tornarla en lujuriosas frases. El escritor elige los escorzos con intenciones estéticas y dramáticas, detecta los campos de placer que aplica con nerviosismo sobre el texto, en párrafos, lineales, metafóricos, cortos o largos formando el nuevo tejido epitelial. Un sinfín de movimientos intensos construyen con gestos expresivos los cuerpos llenos de goce. Las bocas, las lenguas, los penes, las vulvas, etc., parecen tener otra vida propia. Mas que sumergirte en lo erótico, te sumerges en la presión de las masas eróticas, en una sustancia entre cruda y cocida, en el impasto de las palabras y en las espesas huellas de sus texturas. En estos mapas de carnaciones, la disposición de las cópulas a primera vista pueden pasar desapercibidas, unos segundos mas tarde ruborizan quizás al lector. El voyeurismo que utiliza el artista es para llevarlo en realidad a la seducción de la literatura, lo supuestamente obsceno actúa sobre la curiosidad y la búsqueda del éxtasis. Lo extraordinario de estos textos yace en la mezcla de lo real y lo imaginario, de lo permitido y lo prohibido.
Gracias por la invitación a este notable blog.
Ana Luz
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