martes, 1 de julio de 2014

EN TU BOCA


Fui de menos a más en tu boca besadora, lamiendo el dulce y embriagante rocío de tu saliva desde las mismas comisuras, dóciles vertientes que limitan tus labios entreabiertos donde besé las profundidades de tus besos, sentí tu lengua enmudeciendo mis palabras, rocé despintando los túrgidos pétalos de la rosa roja, bebí su savia y mordí sus frutos como si fuera pecado. Urdí una trama de trabados besuqueos, dibujé tu boca con mi dedo para memorizar su delineación de profano ósculo sagrado. Entonces te alcanzaron los fuegos de mi infierno y vagó tu boca por mi rostro enternecido, ensalivando la máscara que me ocultaba desde el perjurio lujurioso, descendió en volutas y burbujas quemantes por mi pecho estremecido de tus labios y tu lengua, demarcó mi estomago en lúdicas sinuosidades, recorrió impune tu boca mi vientre para ir a desatar una orgiástica tormenta sexual en mi pubis y se enredó en las velludas estribaciones del pene, de mi miembro encelado en su roce labial lingual de íntimo venusterio, de secreto prostíbulo, de depravado callejón de las putas. Lamió, besó y mamó el tronco el glande el prepucio, deslizó la cárnea pichula en sus ansiosas fauces devoradoras, y allí en sus adentros se derramó ensalivado el sensible y erguido falo que sujeto a las volcánicas succiones de tu boca insistente chupadora eyaculó extasiado en la húmeda concavidad copular de tu paladar encharcado. Retornó tu boca escardando la leche seminal en mi hirsuta selva púbica y subiendo volvió tu boca mamadora a mi boca besadora para untar de mí mismo mis labios entreabiertos. 


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